Gina Quintero, es Directora de
proyectos nacionales en el
Ateneo Nacional de la Juventud A.C.
y ha publicado en diversos medios
nacionales e internacionales.
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Lo indígena puede ser santificado y comercializable. No es tanto querer defender lo originario ni visibilizarlo, sino ponerlo como un producto más. La venta a precios exorbitantes de artesanías indígenas en aeropuertos y tiendas comerciales. La apropiación de la Guelaguetza en Oaxaca como un modelo de turismo, de obtener beneficios por parte del gobierno local. Decirse indígena, "pobre", jalando beneficios de donde sea, al cabo es "políticamente correcto" y nadie va a decir nada.
Lo polémico: la candidatura de María de Jesús Patricio Martínez. Es histórico su gesto. Ser mujer en México, sin duda, es vivir expuesta a seguir en un país que no respeta a sus mujeres. Apenas tiene 65 años que se otorgó el voto a la mujer mexicana, en un principio no como una reivindicación real de dotarla de voz, sino de sumar más votos para el partido dominante. Ser mujer y ser indígena es cargar con doble discriminación, con quedar relegada a la permanente opresión.