(Publicado en Cantera Noticias)
Por Erik Quintanar / @ErikQuintanar
A través de un video recuperado por
Anonymous, una exactriz porno, Shelley Lubben, denuncia que detrás de esta
industria producida en un 80% en Los Ángeles, California, hay explotación, uso
de fuerza, fraude o coerción. Porno es sinónimo de trata, se llega a decir. A
muchas chicas las reclutan siendo adolescentes en condiciones de marginación y
bajo engaños o por la fuerza. Más allá de la confiabilidad de las fuentes, el
tema es un tema que como consumidores de porno no solemos considerar y que tiene
extrema relevancia humana y social.
La discusión no está sobre los hombres
o mujeres que hacen esto por gusto o por esa secreta y romántica complicidad
mundana en que la vida nos encuentra a unos con otros y tomamos el riesgo. Pero
hay que mirar que esto es una industria y un producto cultural que solemos
consumir acrítica e irreflexivamente. Quizá con el afán de mostrarnos liberales
y no conservadores, de tener morales de avanzada, vamos adoptando un estilo de
vida que involucra y acepta ciertas prácticas que parecen seductoras y
divertidas. Incluso las consideramos sanas y maduras. Una sexualidad sana y
madura, sin tapujos, prejuicios ni represiones.
El porno es educador y liberador,
pensamos a veces, incluso incentivados por los responsables de la salud pública
y los sicólogos. Pero también en un nivel más íntimo, un poco lejos de la salud
sicológica, solemos considerar que ciertas parafilias que involucran dolor y
sometimiento son deseables “hasta cierto punto” -pensamos-, y nos permitimos
cada vez más en el terreno de la fantasía que se vuelve poco a poco realidad,
en el camino de nuestro propio placer, ignorando cada vez más el sentir del
otro. Presos de la fantasía, hay quienes llegan a desprenderse por completo del
interés por el bien del otro, extirpándose la moralidad conscientemente,
enajenados por la búsqueda del placer. Todos llevamos un Marqués de Sade dentro
y llegamos a creer que eso es la libertad.
Pero solo dejándonos llevar por la
fantasía podemos ignorar la cruda realidad que se esconde detrás de esta
industria cuando se hace visible, e ignorar que el o la que está ahí, frente a
nosotros, es un Ser Humano. Solo dejándonos llevar por esa serie de
imaginaciones, algunas dolorosas y otras placenteras, imaginaciones del pasado,
del futuro, de lo que podría ser, que suelen desencadenar sensaciones en el
terreno en donde el dolor se mezcla con el placer, y con la sensación de poder,
solo así podemos ignorar la realidad. Caer víctimas de la fantasía, pero peor
aún, de fantasías de otros con intereses económicos y de dominación. Es
importante que seamos críticos y sensibles a la hora de consumir. Pues no solo
consumimos productos, películas, sexo, sino que adquirimos una personalidad
displicente y cómplice, condescendiente con el crimen. Un crimen que no es
abstracto, sino que tiene víctimas y culpables.
No decimos qué se debe hacer, no podemos,
no debemos. Y tampoco creemos que serviría de mucho. Solo pensamos que es
importante conocer y ser críticos a la hora de consumir.
A partir del artículo “Descubre qué se
esconde detrás de muchas películas porno”, del blog “Stop a la cultura del Porno”
en Wordpress. Autor desconocido, ábralo con precaución (Disponible en: http://stopalaculturadelporno.wordpress.com/2012/11/24/quieres-saber-que-hay-detras-de-muchos-rodajes-porno/)
Amar es encontrarle sentido a la vida en lo
amado. He así como el filósofo ama la sabiduría, y ésta,
como todo lo amado, es escurridiza.
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