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sábado, 10 de mayo de 2014

Prostitución y pornografía. Ese gusto culposo cada vez menos inocente.

(Publicado en Cantera Noticias)


A través de un video recuperado por Anonymous, una exactriz porno, Shelley Lubben, denuncia que detrás de esta industria producida en un 80% en Los Ángeles, California, hay explotación, uso de fuerza, fraude o coerción. Porno es sinónimo de trata, se llega a decir. A muchas chicas las reclutan siendo adolescentes en condiciones de marginación y bajo engaños o por la fuerza. Más allá de la confiabilidad de las fuentes, el tema es un tema que como consumidores de porno no solemos considerar y que tiene extrema relevancia humana y social.

La discusión no está sobre los hombres o mujeres que hacen esto por gusto o por esa secreta y romántica complicidad mundana en que la vida nos encuentra a unos con otros y tomamos el riesgo. Pero hay que mirar que esto es una industria y un producto cultural que solemos consumir acrítica e irreflexivamente. Quizá con el afán de mostrarnos liberales y no conservadores, de tener morales de avanzada, vamos adoptando un estilo de vida que involucra y acepta ciertas prácticas que parecen seductoras y divertidas. Incluso las consideramos sanas y maduras. Una sexualidad sana y madura, sin tapujos, prejuicios ni represiones.

El porno es educador y liberador, pensamos a veces, incluso incentivados por los responsables de la salud pública y los sicólogos. Pero también en un nivel más íntimo, un poco lejos de la salud sicológica, solemos considerar que ciertas parafilias que involucran dolor y sometimiento son deseables “hasta cierto punto” -pensamos-, y nos permitimos cada vez más en el terreno de la fantasía que se vuelve poco a poco realidad, en el camino de nuestro propio placer, ignorando cada vez más el sentir del otro. Presos de la fantasía, hay quienes llegan a desprenderse por completo del interés por el bien del otro, extirpándose la moralidad conscientemente, enajenados por la búsqueda del placer. Todos llevamos un Marqués de Sade dentro y llegamos a creer que eso es la libertad.

Pero solo dejándonos llevar por la fantasía podemos ignorar la cruda realidad que se esconde detrás de esta industria cuando se hace visible, e ignorar que el o la que está ahí, frente a nosotros, es un Ser Humano. Solo dejándonos llevar por esa serie de imaginaciones, algunas dolorosas y otras placenteras, imaginaciones del pasado, del futuro, de lo que podría ser, que suelen desencadenar sensaciones en el terreno en donde el dolor se mezcla con el placer, y con la sensación de poder, solo así podemos ignorar la realidad. Caer víctimas de la fantasía, pero peor aún, de fantasías de otros con intereses económicos y de dominación. Es importante que seamos críticos y sensibles a la hora de consumir. Pues no solo consumimos productos, películas, sexo, sino que adquirimos una personalidad displicente y cómplice, condescendiente con el crimen. Un crimen que no es abstracto, sino que tiene víctimas y culpables.
No decimos qué se debe hacer, no podemos, no debemos. Y tampoco creemos que serviría de mucho. Solo pensamos que es importante conocer y ser críticos a la hora de consumir.

A partir del artículo “Descubre qué se esconde detrás de muchas películas porno”, del blog “Stop a la cultura del Porno” en Wordpress. Autor desconocido, ábralo con precaución (Disponible en: http://stopalaculturadelporno.wordpress.com/2012/11/24/quieres-saber-que-hay-detras-de-muchos-rodajes-porno/)

                      Amar es encontrarle sentido a la vida en lo amado. He así como el filósofo ama la sabiduría, y ésta,  como todo lo amado, es escurridiza.

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